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150º Aniversario del Bloqueo de Pamplona (1874)

Royal and General Archive of Navarre

10/01/2024 - 10/31/2024

El 3 de septiembre de 1874, en uno de los últimos episodios de la tercera guerra carlista en suelo navarro, las tropas carlistas iniciaban el cerco a la principal plaza de la provincia, que se prolongaría durante cinco meses. Cuando se cumplen 150 años del inicio del Bloqueo de Pamplona, el Archivo Real y General de Navarra (AGN) dedica su microexposición mensual a exhibir algunos de los documentos que custodia relacionados con dicho acontecimiento.

Al iniciarse el bloqueo la guarnición de la ciudad estaba compuesta por 1.200 hombres, además de otros 800 encuadrados en el Batallón de Voluntarios. Frente a ellos, las tropas carlistas, al mando del general Juan Ortigosa, se desplegaron creando un cinturón alrededor de la ciudad sitiada, con destacamentos en Huarte, Villava, Berriozar, Berriosuso, Berrioplano, Arazuri, Cizur Mayor, Cizur Menor, Mutilva Alta y Mutilva Baja, La situación era ya grave, ya que el Gobierno de la Nación había establecido un bloqueo desde el Ebro para debilitar a las tropas carlistas, y los medios de comunicación como el telégrafo o el ferrocarril estaban paralizados.

Son varios los testimonios que nos han llegado sobre la situación derivada del sitio carlista a la ciudad de Pamplona, principalmente a través de diarios y memorias coetáneas, además del excepcional álbum de los hermanos Aniceto y Nemesio Lagarde. En ellos se describen las duras consecuencias que el bloqueo tuvo para la población, principalmente relacionadas con el abastecimiento, ya que los carlistas impidieron la entrada de alimentos y combustibles. Desde los primeros días del asedio, tanto las autoridades militares como las civiles se vieron obligadas a establecer los precios y las cantidades que se podían obtener de los bienes de consumo. La carne se convirtió en un bien escaso, reservándose desde diciembre de 1874 solamente para los enfermos. La venta en el mercado negro de otro tipo de carne como la de perro, gato o rata, ejemplifica la escasez de este alimento y las duras condiciones impuestas a la población local. La situación llegó a ser tan desesperada que, en enero de 1875, las autoridades militares emitieron un bando ordenando la salida de la ciudad de todas las personas que no contasen con recursos propios, dada la escasez de medios de subsistencia.

Junto a la escasez de alimentos, Pamplona padeció una grave falta de agua debido a que los carlistas habían cortado el suministro procedente de Subiza, dejando sin caudal a las fuentes de la ciudad. A esto se sumaron problemas higiénicos y la propagación de enfermedades como las fiebres tifoideas y la disentería. El tifus se convirtió en la principal causa de mortalidad. También se hizo notar la falta de madera, lo que llevó a las autoridades a ordenar la tala de las arboledas cercanas a la ciudad. El suministro de agua se solucionó mediante un sistema de bombeo ideado por el industrial Salvador Pinaquy, dueño de una fundición instalada en el molino de Caparroso, a orillas del Arga. Tras algún intento fallido, el 6 de noviembre consiguió que manase agua de la fuente de la plaza del Castillo, lo que fue celebrado por la población en una fiesta con presencia de las autoridades locales, amenizada por la comparsa de gigantes y cabezudos y la banda de música de la Casa de Misericordia.

Finalmente, el 2 de febrero de 1875, cinco meses después de haberse iniciado, la llegada de las tropas gubernamentales, al frente de las cuales estaba el general Domingo Moriones, puso fin al bloqueo de Pamplona, el último de los padecidos por la ciudad a lo largo de su historia.

Acceso libre y gratuito.

Lugar: Galería Baja

Horario: Todos los días de 10:00h. a 14:00h. y de 17:00h. a 20:00h.