ES/NA/AGN/F025
Felipe Gorriti
1882
Fond
2 boxes
Felipe Gorriti Osambela
Nacido en Huarte-Araquil el 23 de agosto de 1839, se formó musicalmente con su padre, organista, lo cual determinaría su futura dedicación al órgano, tanto desde el punto de vista profesional como compositivo. Fue nombrado organista de la iglesia de Santa María de Tafalla en 1859. En 1867 fijó su residencia en Tolosa, sucediendo en el cargo de organista y maestro a su antiguo maestro, Cándido Aguayo. En esta ciudad desplegó una intensa actividad musical, que abarcaba la composición, la interpretación y la docencia, hasta su fallecimiento, acaecido el 12 de marzo de 1896.
La trayectoria de la educación musical de Felipe Gorriti ejemplifica bien cuáles eran las posibilidades de formación para un compositor en su época. Fue aquel un momento de transición en el que la educación musical estaba todavía centralizada en gran medida en las capillas de las iglesias, pero en el que también comenzaron ya su andadura nuevos centros de enseñanza musical dependientes de instituciones civiles (conservatorios, escuelas). Así, su padre, León Gorriti, secretario-organista de su pueblo, le instruyó en los primeros conocimientos de la música, aunque enseguida debió comprender que el talento del niño merecía una atención especial, ya que le envió con tan solo 11 ó 12 años a Tafalla para formarse con el maestro de capilla José Preciado. Más adelante, Felipe Gorriti pasó a estudiar Piano y Armonía con Mariano García, que trabajaba como compositor e instrumentista en la Catedral de Pamplona. También recibió las enseñanzas del organista y maestro de capilla de Santa María de Tolosa, Cándido Aguayo, y en 1855 se matriculó en el Real Conservatorio de Madrid, donde estudió Órgano con Román Jimeno y Composición con Hilarión Eslava, que aquel año estrenaba la cátedra. Felipe Gorriti gozó siempre de la consideración del maestro burladés y al finalizar sus estudios, sin haber cumplido los 20 años, obtuvo la medalla de plata en el concurso anual que organizaba el Conservatorio.
Poco después de finalizar sus estudios, en 1859, ganó por oposición la plaza de maestro de capilla y organista de la parroquia de Santa María de Tafalla. A partir de entonces comenzó a adquirir cierta fama, atrayendo a discípulos de los pueblos del entorno, entre los que se encontraban Apolinar Brull, de San Martín de Unx, y Calixto Barcos. Gorriti se integró rápidamente en la vida de esta ciudad y contrajo matrimonio con Eugenia Izu. En esta ciudad navarra nacieron también tres de sus hijos: Mª Felisa, que murió con tan solo tres años y medio, Felipa Santiaga Segismunda (conocida familiarmente como “Segis”) y Silvino que murió en Huarte-Araquil con cuatro años de edad. Tuvo todavía otras dos hijas en Tolosa: Elodia y Silvina, aunque esta última murió con pocos días. En Tafalla, además de dirigir la capilla de música y escribir algunas de sus mejores obras (Surge propera, Misa de Requiem, sonatas y otras obras para órgano, etc.), el compositor organizó la todavía incipiente banda de música.
En 1867 quedó vacante la plaza de organista y maestro de capilla de Tolosa (Guipúzcoa) por renuncia del que había sido su profesor, Cándido Aguayo. Gorriti consiguió esta plaza por oposición y desempeñó este cargo hasta su muerte en 1896. En la parroquia de Santa María contaba para la interpretación de sus obras religiosas con una capilla formada por 28 músicos entre cantantes masculinos e instrumentos de cuerda y viento, número nada despreciable si tenemos en cuenta la precaria situación de las capillas de música españolas a mediados del s. XIX. Así mismo, en Tolosa se dedicó a la dirección de la banda de música y a la enseñanza, contándose entre sus discípulos músicos destacados como Vicente Goicoechea o Eduardo Mocoroa.
La mejor muestra de la fama y el nivel adquiridos por el maestro de Huarte-Araquil la encontramos en sus éxitos conseguidos en los concursos de composición de la Sociedad Internacional de Organistas y Maestros de Capilla en París, cuyo jurado estaba constituido por compositores tan reconocidos como Dubois, César Franck, Guilmant o Lefévre-Niedermeyer. Gorriti se presentó, a partir de 1881, en siete ocasiones a estos concursos y obtuvo cuatro primeros premios y tres primeras menciones. Al obtener consecutivamente cuatro de estos premios durante el año 1882, el jurado resolvió que podía continuar tomando parte en los concursos solamente a título honorífico. Para hacernos una idea de la importancia de estos concursos, diremos que entre los galardonados estuvieron organistas tan reconocidos como Boëllmann o Pierné.
Tras estos éxitos internacionales, su fama se incrementó notablemente. Sin embargo continuó su existencia humildemente en Tolosa, al servicio de la parroquia, hasta su muerte, el 12 de marzo de 1896.
Su catálogo se compone de unas 240 obras, la gran mayoría de ellas religiosas. De entre su producción hay que destacar la Misa en Do, compuesta para la inauguración en 1885 del nuevo órgano Stolz Frères de Santa María de Tolosa; la Misa en Re para voces blancas, para la inauguración del órgano del convento de Santa Clara, de monjas de clausura; los conocidos como Miserere “Viejo” y Miserere “Grande”; el motete Sub tuum proesidium (premiado en París); Ecos de Andía, composición escrita para un concurso de orfeones en Pamplona; Agur Jesusen Ama, famosísima canción dedicada a la Virgen; los Cinco versos sobre el Magnificat y la Marcha fúnebre para órgano (ambas premiadas en París); etc.
La música de Gorriti fue reconocida en su tiempo a escala nacional e internacional, y actualmente goza de prestigio entre los intérpretes, en especial directores e integrantes de coros y organistas. El estudio de sus composiciones nos muestra un interesante momento de la música religiosa española en el que confluyen la influencia del estilo operístico italiano (en especial Bellini), el romanticismo centro-europeo, la escuela organística francesa, la influencia de la música folklórica y la reforma de la música religiosa.
Además, destacó por su gran habilidad como improvisador y por su dominio de la técnica del órgano, instrumento para el que compuso las primeras obras románticas españolas, por lo que podemos afirmar que contribuyó decisivamente a su difusión.
Por otra parte, su trabajo como maestro de capilla dentro del marco de la sociedad de su tiempo, nos muestra cómo, a las distintas facetas que habitualmente comprendía este trabajo (compositor, profesor y organista), se añadían otras ajenas al ámbito religioso que tradicionalmente (por ejemplo, director de la banda local o profesor de la academia de música).
Por último, los ecos de su labor pedagógica han llegado hasta nuestros días a través de los “discípulos de sus discípulos”; en este punto, no hay que olvidar la difusión de su obra realizada por Javier Bello-Portu, alumno de Eduardo Mocoroa, que a su vez fue el discípulo predilecto de Gorriti.
En definitiva, se trata de una de las figuras fundamentales de la música religiosa y organística española del siglo XIX.
Felipe Gorriti, por Berta Moreno Moreno (Consultado: 04/03/2019).
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Ingresó en 1916 por donación de Carmelo Calvo.
El fondo consta de las partituras Miserere "Viejo" y Pasodoble.
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Música religiosa, Música para banda, Música sinfónico coral.