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Donación del Fondo Manuel Turrillas

07/03/2017
Donación del Fondo Manuel Turrillas
La consejera Ana Herrera, con José Luis Turrilas (dcha). Les acompaña el director del Servicio de Archivos y Patrimonio Documental, Joaquim Llansó. En primer plano, parte del Fondo del Maestro Turrillas.

Hoy lunes, día 3 de julio de 2017, la consejera de Cultura, Deporte y Juventud, Ana Herrera, presenta la donación del fondo musical de “Manuel Turrillas” al Archivo de Navarra. El acto tendrá lugar a las 11:00 h. en la tercera planta del Archivo Real y General de Navarra. Intervendrán, además de la consejera, Joaquim Llansó, director del Servicio de Archivos y Patrimonio Documental,  y José Luis Turrillas, hijo de Manuel Turrillas. El fondo musical del maestro Turrillas contiene la mayor parte de su obra musical compuesta a lo largo de su vida. El material ha sido entregado por sus hijos Mª Dolores, José Luis, Mª Ángeles, Juana Mª, Mª Luisa y Mª Concepción Turrillas Roldán.

El maestro Turrillas

Manuel Turrillas Ezcurra (Barásoain, 1-1-1905 – Pamplona, 20-10-1997), el “maestro Turrillas”, fue uno de los compositores más conocidos de música popular y música para banda del siglo XX en Navarra. Nacido en la localidad de Barasoain, en 1927 se trasladó junto con su familia a vivir a Pamplona. Allí desarrolló distintos trabajos, principalmente con la Sociedad de Labradores –posterior Cooperativa San Isidro– primero temporalmente, desde 1938 como empleado fijo y finalmente como secretario hasta 1964, año en el que cerró dicha cooperativa y comenzó a trabajar para Casa Teré hasta su jubilación en 1975.

En el ámbito de la música, Manuel Turrillas realizó sus primeros arreglos con 11 años y sus primeras composiciones con 14 años, aunque no se han conservado. En 1928 ingresó como educando en la banda de música La Pamplonesa, tras lo cual estudió armonía y composición en la Escuela Municipal de Música de Pamplona con los profesores Eleuterio y José María Munárriz. En 1943 obtuvo la plaza de clarinetista 1.º en La Pamplonesa, banda a la que continuó vinculado hasta su jubilación de la misma en 1978. Sus composiciones de pasacalles para peñas y de himnos para asociaciones y melodías de corte regional comenzaron en 1932 y se intensificaron a partir de la década de 1950. Desde 1940 y durante varias décadas, además, actuó como acordeonista, saxofonista e incluso violinista en salas de fiesta y pueblos.

La dedicación de Manuel Turrillas a la composición de este tipo de música le procuró un éxito notable entre la población navarra, que derivó en los numerosos homenajes y reconocimientos recibidos en los últimos años de su vida. Barasoain, su localidad natal, le nombró Hijo Predilecto en 1983 y en 1998 erigió un monumento en su memoria en la plaza que lleva su nombre. La banda de música La Pamplonesa le nombró Socio de Honor en 1994. En 1992 recibió el “Gallico de Oro” de la Sociedad Napardi y en 1997 el Ayuntamiento de Pamplona le concedió la Medalla de Oro de la ciudad, poco antes de su fallecimiento, y con posterioridad le dedicó una plaza en el barrio de Azpilagaña.

Su obra musical

El material entregado en donación, fruto de la actividad de Manuel Turrillas durante toda una vida, abarca más de sesenta años de producción musical y está formado por 294 canciones y 385 jotas, además de 657 trabajos de muy diverso tipo. También se incluyen en la donación 39 discos de vinilo de 45 rpm, 60 discos de vinilo de 33 rpm, 43 discos CD y 123 cintas de casete.

Gracias a las investigaciones realizadas por su hijo José Luis Turrillas, se sabe que Manuel Turrillas realizó sus primeras composiciones musicales a edad temprana y que desde muy joven creó obras para diversas asociaciones. Así, en 1932 compuso el primer pasacalles para la peña La Veleta “Aquí … La Veleta”, en el que fusionó los ritmos de la biribilketa de la Montaña y de la jota de la Ribera. En la década de 1940 compuso los himnos de numerosas peñas, grupos deportivos y sociedades que fueron surgiendo en Pamplona por aquellos años. En 1943, tras aprobar la oposición de clarinetista 1.º en La Pamplonesa, comenzó a componer melodías para banda con el fin de dotar a dicha formación de un repertorio específico para las fiestas de San Fermín. Una de sus primeras piezas para banda, “¡Ése es Marín!” data de 1946, un pasodoble dedicado a los toreros navarros Isidro y Julián Marín.

El éxito de sus composiciones en el ámbito de la música de corte regional y festiva llegó en los años 1950, con títulos como “Hidalguía y nobleza”, “Copla navarra”, “Aires navarros”, “Muthiko Alaiak/Navarrerías”, “Joshe Miguel”, “Oberena”, “Irrintzi de Iruña”, “Navarra canta”, “Pamplona, perla del Norte”, “Pamplonica valiente/La Jarana”, “Aquí… Radio Falces”, “Soy riberana”, “Ya vienen Los Revoltosos”, “Anaitasuna”, “Alegres pamplonicas”, “Armonía Chantreana”, “Bullicio Pamplonés”, “¡Aúpa Osasuna”, “Graciosa y morena”, “¡Qué bien bailas!”, “Bardenera”, “Aldapa”, “Arga y Aragón”, “Muthiko Txikiak”…

Durante esos años también trabajó la música ligera de la época como el mambo, fox, bolero, pasodoble, cha-cha-chá, tango, vals, cumbia, con títulos como “Ilusiones”, “Luseros”, “Yo soñé”, “Cuando el amor”, “Brasil, te quiero”, “Era un valiente”, “Perdón, madre mía”, “Amores de marinero”, “Soy un caminante”. En la última etapa de su vida, tras su jubilación, realizó numerosos trabajos de instrumentación y arreglos para bandas de música, grupos folclóricos, orquestinas, solistas músicos y vocales.

Las grabaciones de sus composiciones comenzaron a prodigarse en los años 1950. De esos primeros registros es destacable el disco editado en 1957 por Columbia que incluyó sus pasacalles “Oberena” y “Navarrerías (Muthiko Alaiak)", entre otras canciones, interpretadas por la primera formación del grupo pamplonés “Los Iruña’ko”.

El archivo musical de Manuel Turrillas Ezcurra, “el maestro Turrillas”, ha pasado a constituir un nuevo fondo documental en el Archivo Real y General de Navarra, institución que lo custodiará de ahora en adelante, en el ámbito del proyecto Archivo de la Música y de las Artes Escénicas de Navarra. La donación tiene como fin contribuir a la conservación del Patrimonio Documental de Navarra, promover su difusión e incentivar la investigación, de manera que se procederá al tratamiento archivístico del fondo para ponerlo a disposición de todos los ciudadanos. En la actualidad, personal técnico del Archivo Real y General de Navarra está trabajando en esta misma línea con otros fondos ya custodiados de compositores navarros como Jesús García Leoz o Emilio Arrieta.

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