Néstor Zubeldía Inda (Estella, 1877 - Pamplona, 1963), el mayor de los hermanos, fue sacerdote y canónigo de la catedral de Pamplona, profesor de Teología y rector del Seminario de Pamplona. Durante la II República fundó en Pamplona una “Academia Filosófico-Apologética”, dedicada a instruir a los intelectuales y ofrecer una opción republicana bajo la óptica del cristianismo. Tras el estallido de la Guerra Civil estuvo confinado en Abaurrea Alta y en la cartuja de Miraflores. Debido a sus ideas se enfrentó a un juicio en Burgos del que salió libre mediante el pago de una multa y regresó a Pamplona.
El segundo de los hermanos, Martín Zubeldía Inda (Estella 1880 - Pamplona, 1974), fue religioso capuchino conocido como Gumersindo de Estella. Entre 1905 y 1918 fue profesor de novicios en Sangüesa, profesor de humanidades en Alsasua y entre 1909 y 1912 superior de Fuenterrabía. En 1918 fue nombrado superior de Estella, pero renunció para entregarse al apostolado de la predicación. Desde entonces hasta 1936 se dedicó a la evangelización mediante el impulso de misiones populares por Navarra y España. Iniciada la Guerra Civil fue destinado a Zaragoza, donde sobresalió como confesor de condenados a muerte tras asistir a más de 300 reos, como luego relató en una crónica. De nuevo en Pamplona, desde 1942 se dedicó a escribir y a atender a los pobres.
La última de las hermanas, Emiliana Zubeldía Inda (Salinas de Oro, 1888 - Hermosillo, 1987) fue pianista, compositora y profesora. Comenzó sus estudios musicales en Pamplona siendo niña y en 1904 los continuó en el Conservatorio de Madrid. En 1919 contrajo matrimonio en Roncesvalles con Joaquín Fuentes Pascual, ingeniero tudelano, director del Laboratorio Agrícola Provincial de Navarra. En 1920 ingresó en la Academia Municipal de Música de Pamplona por oposición como auxiliar primera de piano, pero en 1922 viajó a París para continuar con sus estudios de composición y piano. Solicitó la excedencia de la Academia pamplonesa y al término de la prórroga en 1924 pidió la baja definitiva. Nunca más regresó a su domicilio conyugal. En 1928 inició una gira por América del Sur y en 1930 se trasladó a Nueva York donde conoció a su maestro Augusto Novaro, al que siguió en 1937 a Ciudad de México. En 1947 se estableció en Hermosillo para dirigir la escuela de música de la naciente Universidad de Sonora, ampliando su faceta de profesora y compositora.
El fondo fue adquirido en 2019 por el Archivo Real y General de Navarra.